Siempre tarde


Siempre he tenido en mente varias teorías, pero nunca o casi nunca me he propuesto ponerlas en práctica. Pero eso pasó. Una de ellas trata sobre mi manera de ver las relaciones y su importancia, no me refiero a relaciones amorosas, sino de forma general. Llevo un tiempo resurgiendo y abriendo los ojos a la realidad y dándome cuenta de qué es realmente importante y qué no. Parece una tontería, pero no lo es. Creemos saber lo que es importante, digo creemos porque a la hora de la verdad no valoramos lo que tenemos que valorar, tendemos a valorar tarde. Hay muchos problemas detrás de ésto. ¿Confianza? ¿Qué es eso? Hoy en día por cada verdad hay cinco mentiras, lo cual implica confiar cada vez menos en las personas, y como consecuencia de esto cerrarse cada vez más. Debido a esto, lo que era importante termina dejando de serlo tarde o temprano. Lo que sí es importante es uno mismo, ¿quién mejor que yo conmigo misma? Yo no me voy a fallar jamás, no voy a abandonarme jamás, me voy a aconsejar mejor que nadie... Creo que la felicidad está en uno mismo no en relación con nadie, al fin y al cabo la gente va y viene y la única persona que sigue aquí soy yo. Si es verdad que las personas pueden complementarte esa felicidad, pero no tener el poder sobre ella. Ya se acabó dar sin esperar recibir, hay que dar pero también recibir a cambio. No se puede esperar recibir lo mismo de otras personas, porque cada persona es un mundo, pero algo es algo. Hay un texto que me gusta mucho que dice así: "El día pasará y la vida seguirá, ganarán los mismos, perderán los de siempre y quizá, si eres paciente, si dejas de correr -y te perdonas- la vida deje de ser ese autobús que se escapa justo cuando llegas a la parada". En resumen, hay que mirar principalmente y en primer lugar por uno mismo, y después el resto de cosas. No dejes que nadie tome decisiones por ti, tómalas tú porque la vida es tuya y eres tú quien tiene que decidir tu vida y cómo vivirla. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario